miércoles, 14 de marzo de 2012

La Historia del Vino


La historia del vino es tan antigua como los orígenes de la civilización misma. Aparentemente, los pueblos nómadas de hace más de 6,000 o 7,000 años ya elaboraban vino a partir de uvas silvestres.

Cuando las tribus nómadas se volvieron sedentarias, la vid, al igual que el higo, el trigo y los olivos, constituyó uno de los primeros cultivos del hombre.

La palabra vino proviene de la latina vinum (que a su vez se relaciona con el griego οἶνος).La primera evidencia de una bebida fermentada parecida se localiza en China, en Jiahu, entre los años 6000 y 7000 antes de Cristo.

Para los fenicios, su trascendencia económica fue muy importante, al considerarlo en su comercio de tanto valor como las joyerías, la púrpura, los metales preciosos, etc. Además en Oriente el vino siempre estuvo ligado a los bienes económicos del templo y el palacio.

Al norte del Cáucaso, en lo que actualmente es Georgia y Armenia, se encontraron las primeras herramientas conocidas para la elaboración de vino, mismas que datan del quinto y sexto milenio a.C. En la antigua Persia (Irán) se descubrieron también herramientas, pero estas datan del 4,000 a.C. El mei (el vino persa) fue el tema principal que inspiró la poesía durante más de mil años.




El vino que se halló en 16 recipientes enterrados contenía arroz, mijo, cera de abeja y uvas silvestres.Otras vasijas descubiertas en Irán, en las montañas de Zagros, cerca de Urmia demuestra que el vino de uva se produce desde al menos 5500 años antes de Cristo. 

En China, hace 4.000 años, ya conocían el proceso de fermentación de la uva, en Egipto (siglo IV a.C.) Grecia y Roma se adoraba a Dioniso o Baco (dios de los viñedos), además el emperador Julio César fue el que lo introdujo el imperio romano. En la Biblia nos hablan de la última cena de Jesús, representando con Él su sangre.

Ha de tenerse en cuenta que cuenta que esta región no es productora de uva, y dado que Babilonia se hallaba en la Ruta de la Seda que conectaba China con el Mediterráneo, es lógico pensar que se comerciaba con vino. En el antiguo Egipto, el vino jugaba un papel importante en la vida ceremonial.

A pesad de que nunca han crecido uvas silvestres allí, existió una importante industria vinícola real en el delta del Nilo. Tal industria fue probablemente el resultado del comercio entre Egipto y Canaan durante la Edad del Bronce, comenzando desde al menos la Tercera Dinastía de Faraones (2650 – 2575 A.C.).



Las escenas de fabricación del vino halladas en las paredes de las tumbas, y las listas de ofrendas que las acompañan incluyendo el vino, confirman la presencia de esta bebida en la sociedad egipcia. Hacia el siglo XXII A.C. se incluían cinco tipos de esta bebida entre las viandas para el más allá.

Entre los cristianos, el vino representa la sangre de Cristo en las liturgias católica, ortodoxa, luterana y anglicana. Según el Evangelio, Jesús así lo estableció cuando pasó el cáliz a sus discípulos y les dijo “Tomad… esta es mi sangre” (Mc 14, 22-23).

La introducción de la viticultura y vinicultura en Europa se debe a los antiguos griegos y la tradición fue continuada por los romanos en tiempos del Imperio.

Los romanos plantaron viñedos en todos los lugares en que la uva soporto el clima (Africa del norte, España, Gaul, Inglaterra e Illyria). Los cultivos permanecieron para consumo local, en particular para la Sagrada Comunión, por lo que su cuidado pasó a ser preocupación de los eclesiásticos.



La reaparición del vino como bebida, y la de famosas bodegas, resulto invariablemente de los esfuerzos de monjes y monarcas distinguidos por su devoción a la iglesia.Es a Carlomagno a quien se atribuye la creación de grandes plantaciones de viñedos a lo largo de su imperio, pero los vinos que se obtenían eran de escasa calidad hasta que en el siglo XII empezó a haber buenas producciones y a comercializarse masivamente el vino.

Pompeya era fue el principal centro vinícola romano hasta su destrucción en el 79 d.C con la erupción del volcán Vesubio. Desde Pompeya se distribuyeron el vino por el valle del Rhon, llegando posteriormente a Burdeos en tiempos de el emperador Julio Cesar, gran apasionado del vino, quien difundió el cultivo de la vid en los territorios del Imperio Romano, entre galos, celtas y germanos.

A lo largo de la historia, el consumo de vino, ha estado muy bien considerado por la alta sociedad, siendo testigo imprescindible en cualquier acontecimiento o banquete de importancia y alrededor de él se han firmado los grandes tratados y acontecimientos históricos.